jueves, 23 de diciembre de 2010

Unoenuno

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      Esta es la historia de Unoenuno .

      Os vengo a contar su historia ya que conocí a Unoenuno hace tiempo y me pareció un ser muy interesante. Aprendí mucho de ella. Entonces... Cómo no contar su historia... ( Yo misma le pedí permiso para contarla, por supuesto )

     Unoenuno era una niña. Tenía el pelo muy largo y abundante. A veces sus gestos eran algo brutos y apenas sonreía...Pero, cuando algo le hacía gracia, estallaba en risas y le costaba parar de reir. En el lugar donde yo pasé una gran parte de mi vida fue justo allí donde conocí a Unoenuno.

 Ese lugar estaba lleno de árboles, era un bosque bien frondoso. Las piedras del camino parecían pequeños animales. Los árboles,( Que los había a millones!) Parecían ser personas y el silbido incesante del viento durante la noche, sonaba como un espíritu del bosque intentando comunicarse con los humanos....

Unoenuno comprendía el lenguaje del bosque y los símbolos.

     La niña vivía en la copa de un árbol robusto,.... Si mal no recuerdo era un chopo. A ras de  suelo, de forma ovalada se encontraba el acceso a la entrada al árbol. Era una abertura que el propio árbol había creado para que Unoenuno puedira acceder a la parte más alta de éste.

   Durante los dias de frío invierno su gran cantidad de pelo la protegía, envolviendose en su propia melena.

    Nadie sabía que Unoenuno vivía en su árbol.

    Un dia de primavera apareció un conejo en ese bosque. Estaba muy nervioso ya que un zorro le acechaba desde hacía un rato, así que el asustado animalillo buscó rapidamente refugio en la entrada que advirtió en el poderoso chopo, sin saber que alguien vivía ahí. Así que entró y se quedó quieto, esperando, a que el zorro le perdiera la pista. Cuando había pasado un ratito, El conejillo sintió como alguien le rozaba el lomo y Asustado y sorprendido metió un bote, como buen conejo que era.

   

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  UNOENUNO RECIBE VISITA
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        Unoenuno no hablaba demasiado, lo justo. Así que se quedó mirando al conejo atenta sin decir nada, toda ella intimidante, curiosa de sentir la presencia el conejo dentro de la casa .
        Unoenuno lo tomó de la patita y esta vez, sin subir a pie las escaleras, se elevaron juntos. La niña desplegó sus alas y con fuerza y decisión subieron más allá incluso de la copa del árbol....

        El señor conejo sintió un poco de vértigo por elevarse hasta por las nubes, pero enseguida, sintió seguridad en la niña porque lo tenía bien sujeto y al fin y al cabo había podido escapar del zorro que quería comérselo. Vieron pasar diferentes clases de pájaros y animales alados, y cada uno de ellos saludaba a Unoenuno a su manera y ella devolvía el saludo con un guiño o un parpadeo de ojos, con  un sonido o soltaba una sonrisa .. El conejo no había visto algo similar antes. Unoenuno se podía comunicar con los animales!...
        Cuando ya llevaban un rato en el aire, la niña soltó una de las manos que sujetaba al conejo y sacó de dentro de su pelo ( como ya os comenté antes, tenía muchísimo pelo rizado) una caña de pescar, y con gran precisión fué enganchando frutos que se encontraban por las zarzas , los arbustos y los árboles, volaban muy alto, pero Unoenuno tenía buena vista y podía llegar a ver cosas que la gente no alcanza a ver. Una ardilla que rondaba por un camino de piedras los vió volando con una caña de pescar y levantó la almendra que se estaba comiendo para que pudieran llevársela. Y entonces Unoenuno miró al conejo y preguntó...- Bajamos?-.
        El cielo amenazaba tormenta, empezó a oscurecer rápido, las nubes se tornaron de pronto muy oscuras y Unoenuno frunció el gesto..miró al conejo, el conejo la miró cómplice y juntos supieron que era mejor bajar a tierra. Justo cuando estaban a punto de tocar suelo, un relámpago pasó justo al lado y les advirtió de que el Rey Maravillas estaba por llegar y tendrían que tener precaución...tal y como dijo esto desapareció, como buen relámpago que era..

         Con una fuerte y precisa frenada de alas.... tocaron tierra justo en el limite entre el agua y la hierba con piedras de un río, Unoenuno soltó con suavidad a su nuevo aliado, el conejo. Lo miró a los ojos y se sentaron a la orilla del pequeño río que ahora se unía a ellos, metieron patas y pies dentro mientras tanto sacaron los alimentos que ella había recolectado en el viaje por las nubes. Justo  cuando Unoenuno se iba a comer una baya, se dio cuenta de que la baya, le estaba mirando a los ojos...era una baya con ojos y una sonrisa que desprendía algo de miedo...
no quería ser comida. Así que se dieron cuenta y la sentaron en una pequeña piedra que había justo al lado. Se quedaron los tres en silencio y al  momento....sintieron que una ráfaga de aire entraba directa hacia ellos. Unoenuno sintió el presagio de que el Rey Maravillas iba a venir a hacerles una visita....

       El aire que venía hacia ellos cada vez era más y más fuerte así que de un salto se levantaron y empezaron a correr camino abajo, estaban asustados porque ese viento les perseguía y quizás el Rey Maravillas vendría con él. Yno sabían cual era la intención de esta fuerza, corrieron y corrieron hasta que Unoenuno paró en seco..y mirando en dirección contraria a la que corría junto con el conejo y la baya, Gritó.. -Eres  el  Rey  Maravilllas.!!







            EL REGALO
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            Nadie respondió pero nadie sabía tampoco cómo era el Rey Maravillas, qué forma tenía. El aire huracanado desapareció y en su lugar copos de nieve comenzaron a cubrir el lugar, el camino, las copas de los árboles el pelaje del conejo, la piel brillante de la baya y el inmenso pelo de la niña.. todo de repente se volvió blanco, se respiraba algo limpio en el ambiente, nunca habían sentido algo así antes.... ¡y eso que había nevado en diferentes ocasiones..! pero nunca así .Y el miedo ya no estaba, se había ido, así que comprendieron, que el Rey Maravillas estaba advirtiéndoles de su llegada.

         No hizo falta que nada hablara, Unoenuno no solía pensar demasiado, sentía más que pensaba, así que dentro de su bonita cabecita algo le dijo que esa presencia iba a acompañarles a partir de ese momento para protegerles y supo al instante que en algún momento algo inesperado pasaría, siguieron caminando y no hablaron de lo que había ocurrido. Los copos de nieve se transformaron en diminutas flores de todos los colores, las había a centenares. La baya, que empezaba a tener hambre sin pensar se metió una de las flores en su pequeña boca...masticó y masticó cuidadosamente la flor, que era de un tono malva... saboreándola. Tenía un sabor a los caramelos que saben a Violetas,( desde siempre han sido de mis favoritos )...Unoenuno que lo vió, sonrió ampliamente y comió una flor de color naranja y el conejo otra de color amarillo.

     Unoenuno se encargó de recolectar todas las flores que pudo con la ayuda de sus dos amigos, y  se las metió denro del pelo, tenían ya un montón de provisiones de sueños. La baya, muy decidida y ya algo  cansada y con frio, decidió salirse del camino y atravesar el bosque para encontrar un lugar donde poder pasar la noche, no sabía que lugar podía ser, pero si sabía que lo encontrarían. La baya que siempre había parecido muy asustadiza, ahora parecía muy decidida y Unoenuno y el conejo ahora la seguían sin dudar, pasando entre árboles enormes, que mecían sus hojas y sus ramas creándoles algo de miedo, estaban muy lejos del hogar de Unoenuno, del árbol protector donde ella vivía. Ahora mismo ninguno de los tres sabían donde estaban. Y ninguno llevaba brújula para orientarse. Tenían frío así que caminaron cada vez más rápido, estaban muy atentos, atentos para poder ver refugio, cada vez se veía menos....Unoenuno caminaba descalza, procurando no hacerse daño, la baya caminaba a pasitos muy cortitos ya que sus diminutos pies no le permitían avanzar  con rapidez, de vez en cuando se dejaba rodar y de esa manera podía ir a donde quisiera rápidamente y el conejo daba saltitos o saltos tan grandes que podía llegar a saltar a la altura de la cabeza de una jirafa. La baya divisó a lo lejos, en el denso bosque una luz, algo así como la luz de una bombilla pero no se veía muy claro.
    Despacio, teniendo cuidado de no hacer ruido, de no pisar las ramas o las hojas que se encontraban en el suelo, siguieron caminando. Quien podía imaginarse que esa luz iba a aparecer justo en el momento que necesitaban algo de protección. Conforme se fueron acercando reconocieron que el lugar donde se encontraba esa luz era una cueva, y era una antorcha encendida, lo que de lejos les había parecido una bombilla....




           


 

       
   

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